¿Qué hay en mi plato? Hace unos años hubiese sido suficiente responder con una somera descripción de su perfil nutricional. Más adelante nos ha interesado el contenido de grasas trans, las saturadas y las insaturadas. Pero a medida que avanzamos en el camino del conocimiento, el consumidor responsable no sólo se pregunta qué hay en su plato,  sino tras su plato.

El consumidor, y quizás de manera especial el consumidor de alta gastronomía, se interesa por el quién y cómo ha producido los alimentos. Le preocupa la sostenibilidad, le preocupa, cada día más la manera en que se crían los animales por que el bienestar animal es una parte integral de cualquier sistema de producción sostenible.

En la actualidad existen sistemas productivos muy interesantes, responsables con el bienestar animal pero, obviamente, implican mayores costes de producción que no todos los consumidores pueden afrontar.

En el ámbito de la investigación en bienestar animal, debemos trabajar para democratizar el bienestar animal, para que los platos no sólo sean platos con estrellas, sino que además sean platos con compasión y con conciencia que toda la comunidad pueda afrontar.